La Predicación

La existencia de Dios y su naturaleza requiere la conclusión de que Él se ha comunicado de forma precisa y que es necesario un proceso exegético adecuado para determinar su significado. La comisión cristiana a predicar la Palabra de Dios implica la trasmisión de ese significado a una audiencia, una pesada responsabilidad. Por lo tanto, la creencia en la infalibilidad requiere, sobre todo, una predicación expositiva que no tenga que ver primordialmente con la forma homilética del mensaje. En este sentido la predicación expositiva difiere de lo que practican aquellos que no creen en la infalibilidad.

– John MacArthur

 


 

 

¿Qué es la predicación expositiva?

La predicación expositiva se concentra primordialmente en el texto bajo consideración dentro de su contexto(s). La exposición normalmente se concentra en un texto de la Escritura, pero algunas veces es posible que un mensaje temático-teológico o histórico-biográfico sea de naturaleza expositiva. Una exposición puede ocuparse de cualquier texto independientemente de cuán extenso sea.

Los siguientes elementos mínimos identifican la predicación expositiva:

1. El mensaje halla su única fuente en la Escritura.

2. El mensaje es sacado de la Escritura mediante una exégesis cuidadosa.

3. La preparación del mensaje interpreta correctamente la Escritura en su sentido normal y en su contexto.

4. El mensaje explica claramente el significado original que Dios procuraba para la Escritura.

5. El mensaje aplica el significado actual de la Biblia.


“Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido de modo que entendiesen la lectura” (Neh 8.8).

“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios” (Hch 20.26-27).


La predicación expositiva demanda que, mediante el análisis cuidadoso de cada texto dentro de su contexto inmediato y el medio ambiente al cual pertenece el libro, se utilice todo el poder de la erudición exegética y teológica moderna en nuestro tratamiento de la Biblia. El objetivo no es que el predicador pueda exhibir toda su erudición en el púlpito. Más bien, es que pueda hablar fielmente en base a conocimiento sólido de su texto y se suba al púlpito como al menos, «obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad».

– Richard L. Mayhue